Respiro tus colores
Respiro tus colores
de esmalte sobre cobre,
de sombras emergentes
al pincel lento que las mece.
Hirientes en sangre diluida,
los matices me sobrevienen.
Cariz de hechizos invocados,
la voz apagada despierta como el llanto.
Evocación de mil leyendas ancestrales,
los conjuros entonan el gemido de la muerte.
Salvajes son las tinturas
de la paleta enamorada.
Diversidad para los gustos
y elección por fin hallada.
Siempre al acecho de tus miedos,
los recuerdos son patentes,
necesidad de cobardes
y salvación para creyentes.
Fugaz de velo efímero,
tu figura se desvanece,
pero el lienzo reproduce
lo que al alma le conviene.
Un retrato de tristeza,
y dos vuelos de azucenas.
Demasiadas sensaciones
que el esmalte aún conserva.
De repente un golpe seco,
la palabra es tu figura,
y el pincel que se desliza,
marca el ritmo de mi vida.
Son reflejos de mis ojos
lo que grabo en aguafuerte,
pasión y dolor van de la mano,
en el hueco vaciado.
Llénalo de presencia humanizada,
viértelo sobre el lecho de mi amada,
derramando a borbotones,
la vida nueva germinada.
Fausto Antonio Ramírez
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